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¿Cómo guardar tu saco de dormir?

¡Descubre todos nuestros sacos de dormir!


La forma más típica de guardar fácilmente tu saco de dormir


Sea cual sea la marca, el método más común de doblar un saco de dormir siempre es el mismo, pero no es el mejor. Consiste en doblar el saco de dormir a lo largo después de haber cerrado la cremallera, para comprimirlo, enrollándolo desde los pies hasta la cabeza. Una vez enrollado, solo tienes que sujetar el saco de dormir entre las piernas y deslizar la funda de compresión sobre él poco a poco. Sin embargo esta técnica presenta serios inconvenientes.

¿Por qué no se aconseja esto?


Al ser el aire el mejor aislante que existe, el propósito de llenar un saco es mantener el mayor volumen de aire posible entre las membranas. En otras palabras, su objetivo es inflar y llenar el espacio para contener la mayor cantidad de aire posible. Doblar y enrollar dicho saco provocará puntos de presión idénticos cada vez que lo guardes y las fibras o plumas se doblarán repetidamente sobre los mismos sitios. Esto puede afectar la distribución del relleno y reducir su rendimiento térmico.

La mejor forma de guardar tu saco de dormir


La mejor manera de mantener el relleno bien repartido y sin puntos de presión idénticos cada vez que guardes el saco es guardarlo “mal” ¡sí, has leído bien! Para aumentar la vida útil del poder aislante de tu saco de dormir, lo mejor es meterlo de cualquier manera dentro de su funda de compresión. Solo ten en cuenta meter primero la zona de los pies para vaciar el aire al pasar por la abertura de la cabeza, por lo demás la cuestión de ir llenando la funda al buen tuntún, sin pensar. Este relleno ligeramente caótico y desordenado tendrá el efecto de crear pliegues únicos y diferentes con cada almacenamiento. Exactamente como dos bolas de papel arrugadas que nunca tendrán pliegues exactamente idénticos. El saco de dormir conservará de esta manera una distribución óptima del relleno a lo largo del tiempo.

Técnica alternativa para doblar correctamente un saco de dormir

Menos común, pero igualmente eficaz y sencilla, existe la técnica del saco suelto sin funda de compresión en la mochila. Cuando cargues tu mochila, pon el saco en el fondo sin especial cuidado y deja que el peso de tus cosas haga la compresión por ti. Aprieta la mochila, presiona un poco si es necesario ¡y listo!

¿Cómo guardarlo bien en casa?


Una vez completado tu acampada, es recomendable guardar el saco de dormir en una funda de almacenamiento de forma algo desordenada, sin enrollarlo y no en la funda de compresión que viene con él. En lugar de la funda de almacenamiento, también puedes colgarla en una percha. El saco de dormir debe mantenerse en un lugar seco y oscuro para maximizar su vida útil.

En efecto, al igual que ocurre con las colchonetas autoinflables, mantenerlos desplegados evita crear puntos de presión fijos y permanentes. Un colchón autoinflable se inflará mal y hasta la mitad si un mal almacenamiento ha aplanado la espuma que se supone que debe recuperar su forma y aspirar aire para inflarlo. En lo que respecta al saco de dormir, es el mismo principio. Comprimirlo durante un viaje es normal para ahorrar espacio, pero fuera es mejor que el relleno quede libre para mantener un óptimo uso. Por lo tanto, te recomendamos que lo mantengas desplegado, colgando o en una funda de almacenamiento que sea más espaciosa que tu funda de compresión.