La historia de la humanidad ha estado marcada por grandes descubrimientos: la gravedad, la imprenta, la máquina de vapor y el principio de 3 capas para el atuendo de esquí. Si bien la adopción de un atuendo para esquiar de 3 capas no necesitó de la intervención de grandes genios o brillantes inventores, ha supuesto pese a todo una auténtica ganancia de comodidad y de eficiencia para los esquiadores, snowboarders y otros practicantes de deportes de invierno. Si no sabes de lo que se trata, aquí tienes un pequeño tutorial para ponerte al tanto.
«Para no pasar frío, tres capas llevarás»
No hay nada complicado en el sistema de las tres capas. Se trata de superponer tres capas térmicas en el tronco superior, cada una con una utilidad específica. El conjunto te permite contar con un buen aislamiento térmico de cara al frío de la montaña, una buena transpirabilidad para evacuar un eventual exceso de calor y una buena impermeabilidad para protegerte de las inclemencias del tiempo (nieve, lluvia, etc.). Al practicar deportes de invierno es importante elegir cuidadosamente prendas para el tronco superior especialmente concebidas para la actividad que se va a hacer, ya que se trata de una parte especialmente sensible al frío, mucho más que las piernas.
La primera capa para dejar ir la humedad
La primera capa es fundamental para que el conjunto de capas funcione correctamente, por lo que esta debe ser técnica. Se le suele llamar firstlayer, baselayer o ropa térmica. Olvida las camisetas de algodón para esquiar, es la mejor manera de acumular transpiración y tener frío. Opta mejor por una camiseta térmica especialmente concebida para estos casos que sea lo más transpirable posible y que se seque rápidamente.
Puedes elegir entre ropa térmica fabricada con materiales naturales o sintéticas. En el campo de los materiales naturales encontrarás sobre todo la lana merina, famosa por ser fina, transpirable, muy aislante y con propiedades antibacterianas. En lo que respecta a los sintéticos, encontramos poliéster o acrílico a los que se puede añadir elastano para ganar en libertad de movimientos.
Un consejo: en esquí de travesía, raquetas o splitboard siempre viene bien tener una muda de ropa térmica en la mochila. Tras haber sudado en la subida, cambiarse a una prenda seca en la cima hace que la bajada sea mucho más agradable.
La segunda para para aislarse del frío
Esta capa intermedia entre la interna y la externa tiene como objetivo aislarte del frío. Sin embargo, ten en cuenta que estará en contacto directo con la primera capa y recibirá tu transpiración, por lo que esta capa también tiene que ser bien transpirable. Por lo general, viene bien elegir como segunda capa un polar técnico. Pero también puedes elegir un chaleco sin mangas con relleno aislante.
La tercera capa para protegerte de las inclemencias
La tercera y última capa es de tipo «hardshell», es decir, el caparazón que lo protege todo. Y no hablamos de un caparazón sólido que te proteja de los golpes, sino de una prenda con una membrana impermeable y transpirable que te protege de la humedad, en forma de nieve y lluvia, pero que permite evacuar el exceso de calor. Se trata de la chaqueta de esquí, la cual puede contar o no con un aislante, en función de tu práctica, de las condiciones y de tus preferencias.
Para ayudarte a elegir correctamente tu chaqueta, no dudes en consultar nuestro tutorial dedicado a ello.
Adapta el sistema de tres capas según las condiciones
La ventaja del atuendo de 3 capas es que es modulable y por lo tanto muy polivalente. Se puede adaptar a condiciones concretas al usar, entre otras combinaciones, un polar más o menos cálido en función de la temperatura. Por ejemplo, en el caso del esquí de travesía puedes hacer la ascensión con una camiseta térmica y una chaqueta y una vez arriba ponerte la capa intermedia para hacer la bajada. Además, si el tiempo es agradable durante tu jornada puedes funcionar con dos capas: una primera capa muy transpirable y una chaqueta a la vez aislada, impermeable y transpirable.