La marca francesa Skimp se define como delirante, delirante y colorista. Esto no es de extrañar, ya que es a gran altura, con la cabeza por encima de las nubes, donde nació la idea de crear cinturones de plástico de colores. Charles, el fundador de la marca, atestigua haber tenido esta idea después de haber olvidado su cinturón en el puesto de control de un aeropuerto en el que hacía escala. Habiendo tenido que quitársela para evitar que la hebilla metálica tocara la puerta de seguridad, la dejó atrás, apresurándose a llegar a la sala de embarque y abordar el avión que lo iba a llevar a Japón. La idea de crear cinturones de plástico nació en el aire, durante un vuelo entre Frankfurt y Tokio. Hoy en día, con los cinturones Skimp, se evita la tarea de tener que quitarse el cinturón de seguridad al pasar por el control de seguridad. Colorido, llamativo o mucho más discreto, Skimp ha rediseñado el cinturón, dándole energía y una gran dosis de originalidad. El accesorio sigue siendo tan práctico como siempre. Su diseño es divertido, la marca juega con colores, materiales y texturas.
