En 1873, Jacob Rohner, oriundo de Suiza, creó un taller de confección con sólo 8 máquinas de bordar. Ya en 1878, sus productos fueron exportados al extranjero, lo que marcó el inicio del crecimiento de su joven empresa. En muy poco tiempo, nació un gran entusiasmo por su producción, lo que permitió a Jacob Rohner ganar muchos éxitos comerciales en todo el mundo y lo llevó a viajar a Norteamérica y Asia. En 1930, Jacob Rohner tuvo la revolucionaria idea de crear su negocio de fabricación de calcetines en la pequeña ciudad de Balgach, situada en el valle del Rin en Suiza. Tiene la ambición de producir calcetines de la más alta calidad en términos de fabricación, confort y diseño. Rohner se distingue por el uso de máquinas circulares, materiales nobles y una gran atención a los detalles. El resultado es desproporcionado. Los calcetines Rohner están en la parte superior de la cesta, sin parangón desde hace décadas.